La importancia del dónde y del cómo

Aunque haya descreídos y descreídas de la importancia de la imagen como acompañamiento, reforzamiento o generación de incoherencias con el mensaje enviado, la relación entre ambas partes de las señales que emiten los políticos está más que demostrada. En eso ahonda este artículo sobre algunas de las primeras acciones de campaña. Porque tan importante como qué se dice son el cómo se dice y el dónde se dice.

Un análisis de
JAVIER DOMÍNGUEZ

A algunos les llama la atención, y lo llevaron a grandes titulares de prensa, que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no dijera nada de Bildu el pasado viernes en Pamplona. Era el mitin central del PSN, en el frontón Labrit. ¿Por qué no mencionar a Bildu? Pues, precisamente, porque estaba en Navarra. Es cierto que Rubalcaba sabe, y sus asesores también, que ya ha pasado el tiempo de hablar de Bildu, y llega el turno de ofrecer soluciones y propuestas. Pero también está claro que hablará de la coalición en su tournée electoral; eso sí, en Valladolid, en Córdoba o en Lugo. Ni en Navarra, ni en el País Vasco, ni en Catalunya conviene que Rubalcaba sea quien saque el tema. Aquí, cualquier mención de Rubalcaba sobre Bildu le da votos a éstos, aunque sea por apoyar al atacado.

Y es que el dónde es importante. Lo sabía el PP cuando presentó sus candidaturas justo a los pies del Monumento a los Fueros del Paseo Sarasate. Son conscientes de que nada parece más navarro que esa escultura, que ha servido de imagen tanto para la Hacienda foral como para una campaña de Batasuna. Un símbolo transversal de navarridad. El PP, luchando contra la imagen de “vienen de Madrid”, recurrió a él, y de paso forzó a que el PSN organizara a sus pies, al día siguiente, un mitin express. ¿Para qué? Para hablar de su navarrismo y de su implantación centenaria en la Comunidad. Porque el PSN – que tiene sus sede a unos metros del monumento - había presentado sus candidaturas, la noche anterior, en la plaza de Baluarte; algo paradójico siendo este rincón, para muchos pamploneses y navarros, el mayor símbolo de la idea de urbanismo de Yolanda Barcina.

Porque el dónde es importante, Enrique Maya, candidato de UPN al Ayuntamiento de Pamplona, se fue al frontón de la Mañueta para hablar de deporte. De paso, y para acercar su imagen más personal al ciudadano, recordó sus tiempos de campeón juvenil de pala corta. Y la imagen, por llamativa, da que hablar, que es de lo que se trata. Cuatro hombres de cierta edad, jugando a pala... en camisa y vaqueros. Indumentaria deportiva no parece.

Porque el dónde es importante, el domingo tocaba mercadillo. A él acudieron candidatos de diversas formaciones. ¿Por qué el mercadillo de Landaben y no otros mercados municipales, más tradicionales para las campañas? Porque hay crisis, y el mercadillo se asocia a precios aún más baratos. Allí estuvieron representantes de Izquierda-Ezkerra, de NaBai, de UPN (sí, Maya también, no sabemos si duchado o no después del partido de pelota) y del PSN. Entre los socialistas, apareció un Juan Moscoso que comentó en Twitter que se había comprado unos calcetines. Candidatos haciendo cosas de “la gente normal”. El problema es que la imagen construida con anterioridad a la campaña pesa, y mucho, en el imaginario colectivo. Y, cuando una acción es llamativamente incoherente con esa imagen, o se considera un postizo, genera más rechazo que simpatía. Los trajes de marca internacional que parecen tatuados en la piel no conjuntan demasiado con tres gayumbos por dos euros. Cuidado con el dónde. A veces, chirría.

Pero el cómo también es importante. Y, también en la mañana de ayer, el PP se fue de campaña... en coche. Con pequeños Smart: un vehículo nada ostentoso, pese a que sea ciertamente caro en proporción a otros de tamaño similar, y con apariencia moderna. Si me apuran, hasta parece un coche eléctrico... aunque no lo sea. Apariencia de modernidad, apariencia de sencillez, apariencia de ecologismo. El cómo cuenta. Y mucho. Por lo menos, la apariencia del “cómo”. El giro del “dónde”, que hubiese sido hacer la campaña en varios Volkswagen Polo, de los made in Navarra, no se ha producido en este caso. Al menos, de momento.

Al final, entre el cómo y el dónde, ya se ve: ahí está la búsqueda de la identificación con el ciudadano. Aún a costa de caer en pequeñas paradojas, en que lo que se aparenta no sea del todo cierto, en ir a rebufo del adversario o en dar imagen de impostación. Pero, eso sí, que no falten los pilares forales: automoción, verduras, pelota y el monumento a los Fueros. Navarra en estado puro.