La abstención, el miedo de los políticos navarros

En las próximas elecciones al Parlamento navarro si la participación electoral no supera el 58%, la izquierda abertzale podría lograr la segunda plaza o la tercera. Dependerá, en buena parte, de la bajada que experimente el PSN, la cual, aunque imprevisible, sí apunta a un descenso considerable.

Por JUAN JOSÉ DOMÍNGUEZ
Politólogo

Todos los sondeos indican que la participación de las próximas elecciones forales en Navarra será notablemente más baja que en las de 2007, cercana al 74%. Incluso resulta creíble que los ciudadanos se queden en casa como no lo habían hecho nunca y la abstención oscile entre el 43% y el 40%. Por lo tanto, si se da esta circunstancia, es factible que, a tenor de la percepción negativa sobre la clase política por parte de la sociedad, los resultados electorales nos deparen sorpresas inusitadas el 22 de mayo.

Navarra es muy compleja sociológicamente: el sistema de partidos muestra una fragmentación que, en esta ocasión, supera la división tradicional de los comicios de convocatorias anteriores. En primer lugar, por la desmembración de Nafarroa Bai: ha pasado de una coalición formada por cuatro partidos a quedarse en dos, y, además, con intereses contrapuestos. Por una parte, van a competir Aralar junto al PNV y un grupo de independientes contra EA más la izquierda abertzale. En segundo lugar, surgen nuevas alianzas y partidos, como la de Izquierda- Ezkerra y la irrupción del PP. Por último, la debacle del PSN se constata, no solo por los sondeos, sino porque sus votantes huyen hacia otras formaciones tanto de izquierdas como a UPN o PP. Una prueba estriba en la coyuntura a escala estatal por la diferencia que le saca el PP al PSOE que, en algunas encuestas, separan en intención de voto a los de Rajoy de los socialistas con una ventaja de más de 14 puntos. Y, es evidente, en el caso del PSN, que pague el desgaste de Zapatero.

De este modo, nadie duda de que que si la abstención prevista es alta, debido a la fatiga política y al hartazgo de los electores respecto a las élites de los partidos políticos, el próximo Parlamento navarro lucirá un abanico de siglas multicolor.

El escaño, más "barato"

Se presentan varias hipótesis. La más verosímil, y con la explicación expuesta anteriormente, radica en que UPN gane holgadamente las elecciones. Sin embargo, debido al desgaste del PSN y a la partición de Nabai, nadie puede descartar que con 8 o 9 parlamentarios cualquier partido consiga lograr la segunda fuerza. ¿Por qué no la de EA más la izquierda abertzale?

De los 79.000 votos que obtuvieron los de Zabaleta varios miles regresarán a Izquierda-Ezquerra, la unión de Izquierda Unida y Batzarre. Pero, al mismo tiempo, y debido a las desafecciones de exvotantes de Nabai hacia el proyecto del polo soberanista, ¿se puede descartar un trasvase de votos hacia las tesis más independentistas? Si se diese tal hecho y teniendo en cuenta que la IA ya consiguió 18.500 votos nulos, ¿puede desinflarse Nabai por ambos extremos y lograr 5-6 parlamentarios y la IA superar a los de Uxue Barkos?

Quiero recordar que con una participación muy baja, en torno al 58%, 40.000 votos suponen unos 8 parlamentarios. Y en esa pugna compiten tanto el PP, PSN, Nabai y, a corta distancia, incluso Izquierda-Ezkerra si los exvotantes socialistas descontentos con el PSOE se animan a votar a la opción de Miguel Nuín y Edurne Egino. En puridad, el resultado electoral dependerá fundamentalmente de la movilización electoral.

Cierto es que pronosticar una abstención tan alta supone un riesgo a la hora de acertar, por cuanto la política siempre queda sujeta a imprevistos de última hora. Veamos, por ejemplo, como Merkel se ha hundido en Alemania a cuenta del accidente nuclear de Japón.Y por el mismo motivo, la aparición de encuestas en las que situaran a la antigua Batasuna como segunda fuerza o empatada con otros partidos en esa posición, supondría un aliciente para muchos electores con el fin de frenar a los independentistas radicales.

En todo caso, en estos momentos de descrédito de la clase política, y con ETA derrotada, a lo mejor los ciudadanos se quedan en casa y la participación se queda en un ridículo guarismo. Así que, como titulo el artículo, percibo más miedo en los líderes políticos a la abstención, salvo a UPN, que a los propios resultados. El resto de formaciones, sin distinción, puede conquistar la segunda plaza. De momento, todo se juega por un puñado de votos.